Durante una mañana soleada, entrevistamos a Mónica B. Brozon, escritora mexicana que ha encontrado su verdadera vocación en la escritura de libros para niños y jóvenes. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y un diplomado en Creación Literaria en la Escuela de Escritores de la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México).
Primero que nada, agradecemos tu amabilidad al recibirnos. Nos interesaría conocer qué te inspiró a escribir literatura infantil y cómo ha influenciado tu cultura mexicana en tus historias.
La inspiración para escribir la he tenido desde que recuerdo. Guardo un par de cuentos que escribí cuando tendría 7 u 8 años y nunca dejé de hacerlo. Ya a nivel profesional y concretamente para escribir LIJ, surge poco antes de entrar a la Escuela de Escritores de la SOGEM. Yo tengo un diario, y en algún momento de aburrimiento pensé cómo sería escribir el de alguien que tuviera una vida más divertida que la mía. Recién había leído El pequeño Nicolás, de René Goscinny, y eso me inspiró para, en lugar de mi diario, escribir el de un niñito de 10 años de clase media, que vive en la Ciudad de México y transita por sitios que me son familiares. Así nació ¡Casi medio año!, mi primer libro. Lo terminé y traté de publicarlo, pero en esa época, 1996, el panorama era distinto al actual y no había los espacios que hay ahora para publicar algo así. Ya estando en la escuela de SOGEM, encontré la convocatoria del Premio Barco de Vapor, de Ediciones SM. Mandé mi libro y con él obtuve el premio. Me sentí cómoda escribiendo para niños y empecé a escribir Odisea por el espacio inexistente, que el año siguiente ganó el premio A la orilla del viento, del FCE, y ya me seguí por esa línea. Me parece que es más o menos en ese momento cuando inicia la tradición mexicana de LIJ, con una generación de autores dedicados exclusivamente a escribir para públicos jóvenes.
Tu comentario me lleva a preguntarte qué temas consideras más importantes para abordar en la literatura infantil y por qué.
El espectro de temas es tan amplio como el interés que pueden tener los jóvenes lectores. Con el tiempo empezaron a integrarse ciertos temas que en un principio fueron considerados polémicos e incluso tabú, como la enfermedad, la muerte, la diversidad, y el espectro se abrió mucho, aunque últimamente, a causa de la llamada “corrección política” siento una regresión, como que hay más cuidado por no mencionar algunas cosas o usar palabras que puedan resultar ofensivas, que lleva incluso a una auto censura por parte de los autores.
¿Tienes algún personaje favorito en tus libros?
En cada libro siempre hay un personaje con el que te encariñas más. También están aquellos con los que uno se identifica, que no necesariamente es el protagonista o narrador. Por ejemplo, en mi más reciente novela, Segunda llamada, publicada por Ediciones El Naranjo, que mereció el Premio Cuatrogatos 2025, tengo un personaje favorito, que es la abuela de la protagonista, y personalmente me identifico con Omar, un amigo que ella conoce en el transcurso de la historia.
Para diseñar los personajes me baso en personas a mi alrededor para hacerlos reales y vívidos. Creo que el secreto para crear un buen personaje es ser observador, saber escuchar y fijarse bien en la esencia de las personas reales.
¿Qué libros de literatura infantil recomendarías a los niños y por qué?
Siempre recomiendo a mis colegas mexicanos. En el país hay autores y autoras de enorme talento, y hay libros de mucha calidad que tratan temas diversos de interés general. En las librerías existen secciones especiales de literatura infantil y juvenil donde se pueden ojear los libros y escoger los que despierten el interés de cada lector. Yo recomendaría que busquen allí y elijan los que les interesen, los que les emocionen. Siempre he pensado que, para engancharse en el hábito de la lectura, es importante leer libros que provoquen emociones.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes escritores que quieren incursionar en la literatura infantil?
Lo primero, siempre, es leer, y si la intención es escribir libros de LIJ, leer LIJ. Difícilmente se puede llegar a ser un autor si no se empieza primero por esa pasión lectora, que, muchas veces, despierta la imaginación y genera historias propias. También se pueden tener en cuenta los talleres literarios y las escuelas de escritores, que no van a proveer de un talento, pero sí sirven para dar las herramientas necesarias para lograr convertir en un libro las historias que surgen de ese talento. Y por último, pues aventarse. Perder el miedo a la página (que ahora es la pantalla) en blanco y escribir para deleite propio.
¿Qué opinas de la lectura en las nuevas tecnologías?
Las nuevas tecnologías tienen varias ventajas. A mí me costó un poco al principio, pero es cierto que el uso de dispositivos hace más fácil, por ejemplo, leer en otro idioma y también acceder a los libros de forma más rápida y económica. En cuanto a literatura infantil y juvenil, los libros digitales no parecen haber alcanzado gran popularidad aún. La mayoría de los libros de mi autoría y los de mis colegas, que se venden a través del sistema de prescripción escolar, son libros impresos. En algunos países escandinavos se han dado cuenta de que la lectura en libros impresos se absorbe de manera diferente, más eficaz, que la lectura en dispositivos digitales, y han regresado a ella. Como lectora, yo disfruto mucho los diferentes soportes de lectura y últimamente también los audiolibros. Me parece que al final, lo más importante es la historia, el soporte pasa a segundo término. Pero también depende del gusto de cada quien.
¿Qué mensaje puedes dar a los maestros para acercar a los autores con los lectores?
Me gustaría decirles que no tengan miedo a los libros de temas que suelen considerarse polémicos. Lo mejor de las lecturas compartidas es platicar sobre ellas, intercambiar ideas, abrir temas de discusión, poner asuntos importantes en la mesa, y hoy en día hay muchos libros que pueden generar estas conversaciones. Estos libros promueven la empatía y ayudan a fomentar una visión crítica e incluso dar armas para enfrentar un mundo complejo que no siempre es el ideal.
Así terminamos con esta entrevista y deseamos recomendar a los maestros acercarse a los libros de esta autora, pues dejan huella y provocan emociones; así pueden, luego, hacerlos llegar a sus alumnos.
Para finalizar, deseamos agradecer a la directora de la editorial El Naranjo el contacto con la escritora Mónica B. Brozon.
Numero 92
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